En mis noches de soledad me llaman tus labios y sin ti me besan.
Me llaman tus manos y sin ti me acarician, exploran cada rincón de mi ser.
Me llama tu cuerpo, que sin ti se entrega a mi deseo y a mi cuerpo.
Aunque hay noches en donde ni siquiera escucho tus susurros o tus palabras.
Y aunque no me llaman busco tus labios, tus manos y tu cuerpo.
Y me desvivo por sentir tus caricias, tus besos y el calor de tu cuerpo junto al mío.
Pero tristemente al fin de mi búsqueda me encuentro labios de indiferencia, manos de frialdad y un cuerpo que rechaza el mío.
Y así te imploro no me hables, no me escuches te entiendo.
Porque sé que para ti ya no existo, ni en tus sueños y ni en tu corazón.
Solo soy un recuerdo más del pasado y tu para mi eres el recuerdo que resisto dejar morir.
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