No sé si fue su risa, sus chistes o el color de su voz.
Pero a mí me trae loca desde el primer día que me hablo.
No sé si fue el destino que nos unió pero sé que los cielos dijeron “pobre chavo con esta morra ya se chingo.”
Solo sé que nunca pensé sentir lo que ciento hoy, pues ayer eras mi amigo pero hoy eres mi amor.
Sé que no te das cuenta pues lo escondo por terror.
Terror a terminar una amistad que muy bonita empezó, terror de perder algo que nunca existió.
Pero como fue que me fui enamorando de ti, si era otro el dueño de mi corazón.
Y ahora aun no llego a comprender como tus palabras siguen siendo mi resplandor.
Como es que todo me va mal pero al escuchar tu voz o es simple (¿Qué onda mi rose?) siento que sale el sol.
Quizás no sientas lo mismo que yo…
Pero sé que por lo menos los cielos, la luna y el sol son testigos de esta declaración de mi amor.
(A.K.A mi quique)